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Cuando estás buscando el bienestar de tu economía, las deudas pueden presentarse como un gran obstáculo. Si sabes gestionarlas adecuadamente, puedes utilizarlas para multiplicar tus ingresos; sin embargo, solo el 1% de la población entiende este punto.
¿Quieres dejar de acumular deudas y comenzar a generar ganancias? A continuación, te enseño cómo consolidar tus deudas y por qué necesitas hacerlo.
¿Qué significa consolidar tus deudas?
Si has llegado al punto de acumular mucha deuda, es porque seguramente has tomado malas decisiones financieras en tu pasado. No se trata de que ahora te flageles por ello, sino de que puedas encontrar la forma de revertir la situación y volver a empezar.
Dentro de ese contexto, consolidar deudas es un paso que sí o sí tienes que dar para salir adelante. ¿De qué se trata? De unificar todos los pagos que tienes repartidos por diferentes lugares: tarjetas de crédito, préstamos personales, préstamos privados, etc. Se trata de algo así como una reestructuración de nuestras deudas.
Los beneficios de unificar tus deudas
Su principal ventaja es el de reducir el pago de intereses. Las tarjetas de crédito, por ejemplo, cobran intereses anuales altísimos que podrías comenzar a reducir unificando todos tus pagos en uno.
Además, al tener que realizar un único pago, estarás mucho más organizado y evitarás cometer errores o incurrir en descuidos y atrasos. ¿Otro de los beneficios de consolidar deudas? El tiempo se vuelve más flexible, es decir, se ampliará tu plazo para pagarla y, por ende, obtendrás una tasa más baja.
¿Qué esperas? Aprende a consolidar deudas
Existen distintas maneras de lograrlo. Aquí te las enumero desde la más simple a la más compleja:
- El préstamo personal. Lo ideal sería que llegaras a la instancia de pedirlo con el objetivo de invertir y hacer crecer tu dinero. Pero si estás en una situación muy diferente, lleno de deudas y queriendo consolidarlas, el préstamo personal también puede ser una buena opción para sacarte de apuros. Lo más común es que este tipo de créditos se otorguen con un plazo de entre 5 y 10 años, y posean una tasa de interés que suele ser la mitad de lo que te cobra una tarjeta de crédito.
- Compras de saldo. Existe un mito alrededor de este punto. Se suele pensar que son una mala opción. Sin embargo, como siempre te digo, los recursos financieros pueden ser buenos o malos según cómo tú los utilices. ¿De qué se trata? Si tienes deudas en varias tarjetas de crédito, utilizarás la que tenga el límite más alto para comprar el saldo del resto y luego las darás de baja. Sin embargo, recomiendo que dejes activa una de ellas para seguir gestionando tus gastos personales. De esa manera mantendrás bien separados el pago de intereses y el de tus nuevas compras.
Eso sí, ten mucho cuidado y no caigas en el error de comprar saldo en cuotas que no podrás abonar en tiempo y forma. Si lo haces, solo lograrás caer en nuevas deudas y nuevos intereses sin siquiera haber superado las anteriores. La clave del éxito de la compra de saldo es que puedas abonar las cuotas en el plazo establecido. Si piensas que no lo vas a poder hacer de esa manera, entonces comprar saldo no es la solución para ti.
- Refinanciamiento o re hipoteca. Este es uno de los últimos recursos al que deberías tener que acudir. Tener que re hipotecar tu casa nunca parece ser una buena opción, sin embargo, lo es cuando es la única que tienes. El proceso puede resultar un poco lento porque debes acudir al banco y realizar allí las gestiones. Si tienes que iniciar este camino para consolidar tus deudas, te recomiendo que recurras a una asesoría, ya que es algo con cierta complejidad.
Lo ideal es que puedas optar por tomar un préstamo personal o comprar saldo, pero si refinanciar tu hipoteca es la única salida que tienes, es algo que puede darte un respiro en un momento en que tienes demasiados problemas financieros. Podrás luego volver a comenzar, con el propósito de no volver a cometer los mismos errores.
¡Toma el control de tus finanzas a tiempo!
Nunca es deseable generar deudas como resultado de haber tomado malas decisiones financieras. Y cuando llegas al extremo de necesitar consolidarlas, es porque definitivamente has cometido un error en el manejo de tu economía. Pero tienes la oportunidad de cambiar la situación, siempre y cuando actúes a tiempo. ¡No esperes hasta último momento para consolidar tus deudas! Cuando empieces a sentir que las cosas no están funcionando, comienza a planificar la consolidación. Solo así evitarás tomar la decisión cuando ya sea demasiado tarde.
